Pensé que la noticia que incluyo al final de este escrito podría interesar a Enrique Vila-Matas. La escribí desde Delhi con la ayuda de un compañero. Se la hice llegar por corrientes literarias. Y Vila-Matas respondió, desde el mismo río, que “el tema no está en el silencio del profesor, sino en la extrañeza de algunos nombres como Agus. Y también en el casi palíndromo que hay entre agus y puga. Si fuera sólo Uga el apellido tendríamos el palíndromo: Agus Uga”.
Sus palabras me divirtieron y alegraron, aunque lo que yo verdaderamente considero extraño es que el mundo léxico no rebose de palíndromos o que el campo de las matemáticas no reproduzca exclusivamente números capicúas, motor circular hindú de un universo, el que nos ha tocado, basado en la construcción de juegos y en roturar signos con referentes infinitos.
Intento deslabrar la tela de símbolos que siembra el mundo mientras me acerco al Naranjo de Delhi. Me encaramo al tronco para alcanzar el cítrico de la vida, en cuya piel rugosa se refleja el sol débil y roto de la India. Evoco mi condición de ninja para trepar el árbol y conseguir la victoria. Pero las manos se resienten del frío de la mañana, de las horas en moto con el viento helado, y empiezan a sangrarme. Caigo al suelo de Oriente. Me huele el pelo enredado, la barba me desborda; la ropa empolva la tierra.
Siento la cruda soledad que nadie conseguirá arrancarme. Sonrío entre mis glóbulos y los de mi conciencia. Mientras veo el eclipse de sol de la naranja alta, pienso que nunca más perderé un vuelo a Karachi.
“Huelga de silencio” de nueve meses de profesor indio enfurece a sus alumnos |
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Nueva Delhi, 24 ene (EFE).- La “huelga de silencio” de un profesor del norte de la India, que ya dura nueve meses, ha acabado con la paciencia de sus alumnos, que han decidido cerrar con candado la puerta de la escuela y organizar una sentada en protesta por la actitud del docente, informó hoy la agencia IANS.
Sunderlal Chadhari, profesor de Lengua y Ciencias Sociales de una escuela pública de la región desértica de Bikaner, protagoniza su particular “maun vrat” (ayuno de silencio, en hindi) desde el pasado marzo y tiene la intención de mantenerlo dos meses más, aunque no ha especificado sus motivos.
De momento, las protestas de los estudiantes y vecinos de esta escuela rural, situada en el estado noroccidental de Rajastán, han sido en vano, ya que el maestro sigue determinado a cumplir con su año de silencio.
“Ya tenemos suficiente. Nuestra educación se está viendo afectada. Hemos organizado una sentada como protesta, porque queremos que se impartan nuestros estudios”, declaró a IANS Vijay, uno de los estudiantes ávidos de las palabras de su maestro.
“Si el profesor no quiere hablar, debería quedarse en casa. ¿Por qué nos hace perder el tiempo?, señaló Ramphool, otro de los alumnos afectados.
Los lugareños sostienen que Chaudhari está mentalmente desequilibrado y han firmado un escrito dirigido a las autoridades locales en el que piden la sustitución del profesor si no cambia su comportamiento.
En el censo de 2001, la tasa de alfabetización de Rajastán se situaba en el 61 por ciento, mientras que la femenina no alcanzaba el 45 por ciento.
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