Una mirada lateral a la casa de Bin Laden

Habrán visto ustedes fotos de la masía (no se me ocurre una palabra mejor) de Bin Laden. En un principio, se valoró en un millón de dólares, algo que causó un estupor justificado: de todas formas, el mercado inmobiliario está peor de lo que se piensa en Pakistán y, si se le dan unas manitas de pintura al edificio y se aprovecha mejor el espacio, tendríamos un lugar ideal para el retiro espiritual. Si no fuera, claro, por el ruidoso entrenamiento militar, en la cercana Academia de Kakul, que debió despertar a Osama durante años por las soñolientas mañanas.

No les quiero aburrir con fotografías del edificio destartalado, con ventanas inadvertidamente opacas, tres plantas desproporcionadas -la segunda más alta, como si la casa tuviera más panza que cabeza o pies- y una muralla con alambre de púas a modo de cinturón desabrochado. Mi intención es cogerles de la mano para hacerles un breve recorrido y mostrarles los detalles que pudimos ver los que subimos a Abotabad, a tres horas en coche de Islamabad, para observar la finca. Aquella mirada lateral que piden amigos y curiosos: lo extrainformativo, lo anecdótico, lo otro. Compartir la extrañeza.

 

¿Se baja Osama?

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El timbre de la casa de Bin Laden. Puede resultar absurdo, pero quizá es el objeto que más me interesó de la finca, porque al lado de todo lo demás (muro traidor que todo lo esconde, huerto arrasado reconvertido en solar, plantas que son vapor, cornisas improbables), era la imagen más concreta, funcional: con una existencia explicada. Hay un timbre; también un interfono (el interruptor en la parte superior izquierda no tiene pinta de funcionar). Es lo más parecido a vida que había en la finca, esterilizada por el Ejército y los servicios secretos de Pakistán. Supongo que, al margen de estas huecas palabras de escribidor, su curiosidad agradecerá ver el timbre del hasta hace poco terrorista más buscado del mundo. Asombroso en su vulgaridad.

 

¿Qué dice el alambre de púas?

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Leyeron ustedes (y vieron) que la casa estaba rodeada por un muro coronado por un alambre de púas. Nada insalvable, evidentemente: más bien un camuflaje para no llamar la atención en una ciudad donde las residencias de ciertas dimensiones están amuralladas. Como en Peshawar; en realidad, como en el conjunto de la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa. Una alambrada un tanto sensual y curvilínea, en todo caso, como si quisiera decir algo, como si quisiera chivarse.

 

Hilos sueltos

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Había muchas otras cosas más importantes que comprender, pero me pregunté una y otra vez qué demonios hacía este cojín colgado del alambre de espino en la parte trasera de la casa.

 

Sí, sí

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En uno de los costados de la finca, por donde corren acequias. Inevitable reparar en el detalle, pero en todo Pakistán crece esta planta de forma silvestre y descontrolada. Solo huele: no hay cogollo ni nada que pueda aprovecharse, aunque hay rastafaris que hasta con estas hojas infumables harían maravillas. En fin.

 

Campos de cultivo

Justo al lado, en uno de los laterales de la casa. Parece impensable que algo crezca de ahí pero el dueño de las tierras -o al menos un enojado señor que decía serlo- lanzaba sonoros improperios contra todos los periodistas que merodeábamos por la finca. Fue el héroe de la jornada: no entendía la curiosidad pornográfica que despertaba la casa de Osama. Él solo quería proteger sus cultivos: estaba totalmente ensimismado en la madre tierra, que tan abajo tenemos en nuestra moderna lista de prioridades vitales.

Buenas vistas

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Foto tomada desde un alto cercano a la casa. Estas eran, más o menos, las vistas que tenía Bin Laden desde su casa, aunque nunca asomara al exterior y dedicara su tiempo a ver vídeos porno, preparar sus grabaciones o planear atentados contra trenes desde la finca; algo, esta vez sí, difícil de creer.

 

No era un iluminado

Cerca de la principal puerta de entrada a la finca y del timbre. La luz siempre tuvo problemas para asociarse con Osama Bin Laden.

2 peldaños en “Una mirada lateral a la casa de Bin Laden”

  1. ChAnd says:

    ¡Caramba! Detalles dan cuenta de lo cotidiano, de una vida ajena a lo que suscitaba, de un ser desde la nada ¡y hasta dónde! No sé, me desconciertan…

  2. eduardo says:

    Excelente material!!!!!!

    Es muy interesante. ¿podrías subir más?

    un abrazo desde Madrid

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