De la cubierta del libro ‘Los detectives salvajes’ (Anagrama).

Como cada año, ahí van los diez libros, de ahora y de siempre, que más honda impresión me han causado durante 2012, un año en el que me he desorientado.

1. Alguien con las cosas claras

Bolaño, Roberto: Los detectives salvajes

No es el que mejor escribe, pero escribe muy bien. No es el que cuenta historias más interesantes, pero sus historias interesan siempre. No es el que cierra obras perfectas o sistemas de fantasía inviolables, de esos que no admiten omisiones o adiciones; pero su literatura tiene todo el sentido del mundo. Bolaño nos conmueve por su fe en la escritura y nos recuerda que la literatura nace de una necesidad inaplazable. No a la impostura; sí a la entrega incondicional a lo que más nos importa en la vida.

Valoración: 10

2. “Usted va por dentro”

Darío, Rubén: Azul… (relectura)

Rubén Darío le dijo a Juan Ramón Jiménez que el poeta onubense iba “por dentro”. Darío siempre fue, de alguna forma, por fuera: por fuera de la tradición, por fuera del lenguaje, por fuera de la vida. Su fantasía es hoy más necesaria que nunca. También la aparición de una figura catalizadora que, como él, transforme el siglo iniciado. Darío es lo moderno.

Valoración: 10

3. Red

DeLillo, Don: Libra.

DeLillo tiene un problema: escribe demasiado bien. Una especulación sobre el asesinato de John Fitzgerald Kennedy se convierte en una descripción precisa de los mecanismos del pensamiento y la emoción. Su escritura es más real que todo lo que pasa. Una red. Una fabulación que sigue las normas exactas de lo humano. Esto es surrealismo, strictu sensu. El mundo literario creado por DeLillo, en su densidad, lucha por desplazar a esta cosa que nos pasa cada día.

Valoración: 9

4. Un infierno de libro

Lezama Lima, José: Paradiso

¿Sabes el libro ese que te lo acabas y no te has enterado de nada? Es el caso de esta novela, que parece escrita por Cuba entera. O quizá el problema sea ese: que se ha leído como novela pero en realidad es poesía, porque Lezama Lima era poeta, solo poeta, excesivamente poeta. La forma devora el contenido. Imaginación sobre la imaginación.

Valoración: 8,5

5. Filosofía hindú

Rodoreda, Mercè: La mort i la primavera.

Te lees un libro sobre mitos y símbolos de la India, luego abres La mort i la primavera de Mercè Rodoreda y te quedas tan ancho. En ninguna obra occidental había encontrado un discurso lírico tan trabajado sobre la imbricación de la muerte con los procesos propiciatorios de la vida.

Valoración: 8,5

6. Disciplina

Roth, Philip: The Plot against America

Este año por fin me decidí a leer un libro de Philip Roth. Es un buen momento: acaba de decidir que no volverá a escribir, aunque probablemente esto es mentira. De esta novela, llena de ritmo y disciplina, me quedo con una broma macabra sobre tiburones y la capacidad del autor de crear un universo literario de inmediato reconocible.

Valoración: 8

7. Recuerda: siempre hay alguien que está más loco que tú

Guénon, René: El simbolismo de la cruz

A Guénon (o Abd al-Wahid Yahya) le falta un tornillo y nos encanta. En este ensayito, el filósofo nos habla del simbolismo de la cruz en todas las religiones excepto la que estás pensando: el cristianismo. Hay graves declaraciones sobre el significado de esas dos líneas y, sobre todo, su intersección. Droga dura.

7,5

8. Llegaste en el momento equivocado

Melville, Herman: Moby Dick.

Sí, muy grande, pero me aburrió. Herman Melville sigue siendo uno de mis escritores favoritos, pero no por Moby Dick, una obra del siglo XIX,sino por Bartleby el escribiente y Benito Cereno, que tienen el espíritu del siglo XX.

Valoración: 7

9. Picaresca asiática

Kipling, Rudyard: Kim.

Este libro es muy especial porque para mí fue una despedida intelectual de la India y Pakistán. Jamás un espía había sido capaz de suscitar tanta simpatía. De Lahore a Lucknow, Kim hace que las cosas pasen.

Valoración: 7

10. Ayudar

Raich, Jordi: El espejismo humanitario

Ahora que trabajo para una ONG, nada más oportuno que esta obra sobre los dilemas del mundo humanitario. Sincero, directo y romántico.

Valoración: 7

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