‘La noche más oscura’: un tostón infumable

ZDT

Hace falta mucho talento para convertir una de las noticias de la última década en un bodrio soporífero. Kathryn Bigelow ha demostrado que lo tiene. A La noche más oscura le sobra tanto metraje como diálogos vacuos y vodeviles de oficina que no importan a nadie.

 

Como aquel 2 de mayo me tocó cubrir la noticia en Pakistán, acudí al cine con entusiasmo. Esperaba un relato patriótico del asesinato de Osama bin Laden a cargo de un comando de Navy SEALs. Al fin y al cabo, sería injusto exigir que esta cinta fuera revisionista o sacara los colores a la versión oficial (¿o quizá no?). Pero lo que me encontré fue algo peor: un amasijo de atentados ensartado por la insulsa historia de una agente de la CIA obsesionada con la caza del líder de Al Qaeda. Buf.

 

Ya sabemos que la India, lugar en el que se rodó buena parte de la película junto a Jordania, no es Pakistán, pero el escaso interés en ambientar la película raya en la mala educación. No es que no veamos Peshawar o Rawalpindi, es que aparecen constantemente los triciclos motorizados (autorickshaws) verdes y amarillos característicos del norte de la India; mezquitas de cartón y piedra; atuendos vagamente islámicos; calles sin personalidad.

 

Está fuera de toda discusión que la cinta justifica la tortura. No solo sugiere que se descubrió el paradero de Bin Laden gracias a estas prácticas, sino que Obama ha dejado a la CIA sin una de sus mejores armas para proteger a Norteamérica. El jaleo político que se está organizando ahora no es porque la CIA haya filtrado supuesta información privilegiada a los creadores de la cinta, sino porque ha conseguido imponer su versión de los hechos en un producto audiovisual de consumo masivo. Los espías y los militares son la espina patriótica de Estados Unidos; los políticos son esnobs que solo buscan apuntarse tantos con la seguridad nacional. Una burda simplificación: autores como Steve Coll y Bob Woodward han escrito obras en las que explican con detalle los numerosos errores históricos de la CIA y el Pentágono y su compleja relación con la Casa Blanca.

 

(El general Stanley McChrystal, que comandaba a las fuerzas de EE.UU. en Afganistán, acaba de sacar unas memorias en las que describe las tensiones entre el Pentágono y la Casa Blanca).

 

A falta de otros motivos para el deleite durante las dos horas y media de película, uno puede partirse de risa cuando los Navy SEALs están buscando al líder de Al Qaeda en su casa y susurran: “¡Osama! ¡Osama!”. La reconstrucción de la finca de Abbottabad en la que vivía Bin Laden es, precisamente, uno de los grandes logros de la cinta. Es muy parecida a la original: hay que elogiar tal denuedo en un detalle en el que la mayoría del público no puede fijarse.

 

Lo demás es ruido.

2 peldaños en “‘La noche más oscura’: un tostón infumable”

  1. Borja says:

    Es una pelicula muy fria, y la protagonista recuerda a la Carrie de Homeland demasiado… Toston como dice Morgar!!!

  2. Marta says:

    Vi recientemente esa película cargada de todos los prejuicios negativos de los que soy capaz, que son bastantes, y superó todas mis previsiones.
    La peli es una gran apología de la tortura, sencillamente por el hecho de que expresa abiertamente que es de gran utilidad. Pero a mi cada vez más acusado cinismo no le afecta que guionista y directora, que además son los productores de la cinta, hayan sido agradecidos con la versión oficial de la CIA, lo que me horroriza y me causa pavor es que la historia personal de la heroína, que tiene que ser el hilo narrativo, es un pestiño infumable. La tipa no me genera la menor empatía, muchísimo menos simpatía. No me creo nada su peripecia, su personaje carece de verosimilitud, me resulta indiferente su lucha contra el mundo, me repugna cuando le escribe al jefe en el vidrio los días que han pasado desde el hallazgo de la casa de abottabad como una niñata repelente, me ofende el plano detalle de su bien formado trasero con vaqueros ajustados y su bello primer plano con gafas de aviador y me escandaliza su capacidad de tragar con las torturas, que practica por omisión y usufructo y la convierten en una villana. Mucho más respetable es su compañero, el que se mancha las manos.
    Además, me quedé con las ganas de que nos aclararan el gran tema: la cooperación o no del ISI, la violación descarada o no de la soberanía territorial paquistaní.
    Pero si me preguntan por los estandares convencionales de una peli estadounidense de acción, pues lo cierto es que creo que está bien dirigida, bien montada y decentemente interpretada. Creo que mantiene la tensión y el pulso narrativo y no me parece que le sobre metraje. Ah y un último apunte positivo: gran detalle que el jefazo de los servicios secretos sea el patriarca de Los Sorprano. James Gandolfini me arrancó una sincera sonrisa cuando apareció en la pantalla. Ese es el único atisbo de crítica de toda la peli.

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