La era del vacío
Gilles Lipovetsky publicó La era del vacío en 1983, pero parece que fuera hoy. A continuación, algunos fragmentos delirantes de esta colección de ensayos dedicada a explicar la transición de la modernidad nihilista a la posmodernidad indiferente. Ahora ya tenéis algunas pistas para saber si queréis comprar el libro. Está en Anagrama.
“¿Alguna vez se organizó tanto, se edificó, se acumuló tanto y, simultáneamente, se estuvo alguna vez tan atormentado por la pasión de la nada, de la tabla rasa, de la exterminación total?”
“Las conciencias ya no se definen por el desgarramiento recíproco; el reconocimiento, el sentimiento de incomunicabilidad, el conflicto han dejado paso a la apatía y la propia intersubjetividad se encuentra abandonada. Después de la deserción social de los valores y las instituciones, la relación con el Otro es la que sucumbe, según la misma lógica, al proceso de desencanto”.
“El narcisismo ha abolido lo trágico”.
“El fin de la voluntad coincide con la era de la indiferencia pura, con la desaparición de los grandes objetivos y grandes empresas por las que la vida merece sacrificarse”.
“En la actualidad se toleran mejor las desigualdades sociales que las prohibiciones que afectan a la esfera privada”.
“El posmodernismo no tiene por objeto ni la destrucción de las formas modernas ni el resurgimiento del pasado, sino la coexistencia pacífica de estilos, el descrispamiento de la oposición tradición-modernidad, el fin de la antinomia local-internacional, la desestabilización de los compromisos rígidos por la figuración la abstracción, en resumen el relajamiento del espacio artístico paralelamente a una sociedad en que las ideologías duras ya no entran”.
“La indiferencia pura y la cohabitación posmoderna de los contrarios corren parejas: no se vota, pero se exige poder votar; nadie se interesa por los programas políticos pero se exige que existan partidos; no se leen los periódicos ni los libros, pero se exige libertad de expresión.”
“La crueldad es una lógica social, no una lógica del deseo”.
“El honor y la venganza han perdurado bajo el Estado, igual que la crueldad de las costumbres. Sin duda la emergencia del Estado y de su orden jerárquico ha transformado radicalmente la relación con la crueldad que prevalecía en la sociedad primitiva. De ritual sagrado, la crueldad pasa a ser una práctica bárbara, una demostración ostentosa de la fuerza”.
“En efecto, fue la acción conjugada del Estado moderno y del mercado lo que permitió la gran fractura que desde entonces nos separa para siempre de las sociedades tradicionales, la aparición de un tipo de sociedad en la que el hombre individual se toma por fin último y solo existe para sí mismo”.
“…esa nueva incapacidad de los hombres para afrontar la prueba del dolor”.