La derrota del corazón
Anoche mientras dormía soñé que vagabundeaba por un parque gris, redondo, grande. Había columpios plumiformes, robots que fingían ser bebés para hacerme creer que todo aquello, efectivamente, era un sueño, y abuelas vencidas por la modorra vespertina. Me senté en un columpio tradicional, que por