Ante la presión de Garmor y Joan Pau, Morgar se compromete a no olvidar Occidente: Grecia, Roma, la autonomía de la voluntad, las vanguardias, Beckett, la hipermodernidad… LA TUMBA DE SAMUEL BECKETT / A.M. De Beckett se me olvidaron los libros, pero me queda su
Morgar escriu sobre Beckett a L’Avui. Pròximament… Steiner.
Anteanoche soñé que transitaba amablemente por una carretera estatal con mi familia. La cabeza transcurría en la acción y la acción transcurría en mi cabeza con insultante normalidad. Notaba apenas un exceso de luz roja en toda la región onírica frontal a mí, a la
Anoche soñé con Samuel Beckett, pero no era claramente él. Estábamos Fran y yo alrededor de una hoguera, junto a otros caniches y hombres. Entonces Sam llegó, maquillado, no tan delgado como siempre. La emoción me sobrepasó. Pero comprendí en seguida que no era Sam,
Esta mañana, he visitado Laie y otros habitáculos culturales para acabar un reportajillo de los libros sobre el Estatut que podrán comprar los lectores etcétera en Sant Jordi. Me he comprado Cómo fue: recuerdos de Samuel Beckett, de Anne Atik. Claro. Para celebrar que hoy,
An unbearable, caustic sound is about to knock down the walls of heaven.
Como diría Sardà, me alegro de que me hagas esa pregunta. Un servidor ha podido leer al Nietzsche filólogo en Más allá del bien y del mal, y al romántico-humanista en Así habló Zaratustra. El primero es una crítica feroz contra el antropomorfismo cegador de la verdad,