Por el desierto rojo, camino. Con larvas en los ojos que perforan mi negro viso, avanzo doloroso. Me paro. Hinco mis rodillas en el océano de arena. Quiero el fin. Pero veo la rosa, la Rosa del Desierto Rojo; y me levanto, y camino por
Sueño que soy un mono. Me olvido de mí. Me concentro en el movimiento aeróbico de los músculos del mono, que soy yo. Me tiro a volar, desde el puente, con la seguridad de que, si no tengo éxito, el río salvará mi caída. Salto
Soñé que entraba en un videoclub indio. El dueño me pedía 800 rupias porque, al parecer, no había devuelto una película -probablemente ‘Munna Bhai’, mi filme favorito de Bollywood- que había tomado hace un año. Yo me niego rotundamente y salgo del establecimiento indignado. Yo
AMOR IMPOSIBLE ENTRE DOS DROMEDIARIOS. PUSHKAR, 21 DE NOVIEMBRE DE 2007
Fijaos en esta fotografía. Fue tomada el año pasado en El Prat de Llobregat (Barcelona). Morgar porta una armadura japonesa que, os aseguro, pesa una barbaridad. Fijaos también en la postura (kamae en japonés). Roza la perfección. El pie izquierdo mira al frente, con una
(Escalera les ofrece la versión lírica de algo que, en justicia, nació como un poema. No admito la crítica, como siempre.) Puedo tirar luz sobre la gastronomía india, mi cultura de destino. Me sirve como entretenimiento liberal vincular la imaginación índica y latina desde el
Quizá el caso más exagerado de cocina multicrónica son las tapas. Esta implacable sucesión de viandas, que tanto placer nos da, nos tiene que llevar a una reflexión sobre la cultura española, enraizada en la creatividad y el pillaje: abocada hoy al aburrimiento y a
Giallo sotto le unghie spezie de donde vuela un hombre con pico de pájaro. Una manciata di denti buttati a caso da qualche dio nella sua bocca, en los dientes de luz de la materia universal. Universale relativo ad un lustro di unghie, denti e
Ayer te vieron en la orilla del mar con los brazos abiertos. Mañana llévame contigo.
En el espacio solar, dos diversos: el águila que levanta la garra, el hombre que baja las armas. El ave sube, envuelve con sus alas calientes al humano asombroso. Reunidos, ya otros, en el mimbre del sol.