Unas ostras de sangre dentro de mi cabeza me rompieron el corazón
Se, se. Anoche, además de suñar que era bonísimo yugando a fútbol, me vinierun en sueñus otras manifestaciones del alma. Me encontraba a medio camino entre el andar y el trotar por una galería cuadriculada. Las paredes tenían colores pesadísimos, como de pesadillas de las